Destacados:
Lo habitual es encontrar en las páginas de esta revista entrevistas con pilotos profesionales o con personajes influyentes en el mundo del motor. Sin embargo, hay personas que lo merecen tanto o más que ellos ya sea por su relevancia mediática o por su labor de apoyo a este apasionante sector. Lorenzo Quinn reúne ambas cosas y hemos tenido el gusto de charlar con él sobre enduro, carreras y los diversos proyectos con los que está comprometido.
Para quien no esté familiarizado con Lorenzo Quinn y su figura es necesario hacer una mínima presentación. Hace cincuenta años nació en Italia, hijo del afamado actor Antony Quinn y su esposa Iolanda Addolori. Desde pequeño vivió muy de cerca el mundo de arte y la interpretación y no era de extrañar que orientara su carrera en este sentido. Estudió en la Academy of Fine Arts de Nueva York, y pronto dominó la técnica de la pintura y también de la interpretación. Tiene varias películas a sus espaldas, pero es recordado por su galardonado papel de Dalí en la película del mismo nombre. Sin embargo, fue a raíz de este film cuando decidió reorientar su carrera y dedicarse principalmente a la escultura donde gracias a su talento logró consagrarse con su obra “El árbol de la vida”, creada para las Naciones Unidas. Desde entonces sus obras han sido premiadas y expuestas en medio mundo y encargadas por las instituciones, organismos y clientes más relevantes del planeta. Desde hace años Lorenzo escogió Cataluña como lugar de residencia y disfruta con su familia de nuestro estilo de vida. Podéis conocer más sobre su obra en www.lorenzoquinn.com.
Además de todo esto, Quinn es un endurero empedernido capaz de formar de participar en la Bassella Race, formar un equipo para correr el próximo Romaniacs o de patrocinar pilotos como a Joan Pedrero o Xavi Léon. Por si fuera poco está embarcado en varias iniciativas solidarias como el Proyecto Vida del que hablaremos más adelante… Vamos a conocerlo un poco mejor.
Es un conflicto interno que tengo y que me recuerdan muy a menudo. Soy una persona muy activa y me encantan los deportes de riesgo, pero sin duda el que más me apasiona es el enduro.
Estoy enganchado por muchos motivos, pero sobre todo porque es exigente físicamente, me pone en contacto con la naturaleza y me aporta una sensación de libertad inigualable. Gracias al enduro conozco lugares que jamás hubiera imaginado que vería. También hacer enduro me permite desconectar totalmente, algo que valoro mucho.
Sí. Por mis 50 años quiero regalarme correr Romaniacs e intentar acabar en la categoría Bronce. Es un reto difícil pero llevo tiempo entrenando para ello.
Sí, he viajado junto a algunos amigos y al piloto Xavi León que me ha ayudado mucho a mejorar. El terreno allí no tiene nada que ver con el que tenemos en Cataluña, al principio me frustré mucho. Hay mucho barro, raíces, hojas y poco agarre, por lo que los trucos de los especialistas me han venido genial. Trucos como que a veces hay que salir de la senda para buscar tracción, o que es mejor ir por el cauce del río porque ahí la goma agarra mejor.
También la estamos trabajando pero es difícil ir rápido mirando el GPS. En esta carrera no es muy complicada, pero requiere ir muy atento a muchas cosas.
Sí, el Lorenzo Quinn Natur House. La marca nos patrocina y además nos ayuda con la alimentación. ¡He logrado perder cinco kilos! En él estamos Xavi León en la categoría Gold y Luca Salís, Víctor Casas y yo mismo en Bronce. Todo un desafío.
He de confesar que cuando KTM prepara sus motos Factory hay una reservada para mí. Deben pensar “quién será este Quinn”… pero lo cierto es que dispongo de una moto como las de carreras. Al Romaniacs iré con una EXC 300 2017. Pensé en hacerlo con una 4t pero finalmente prefiero la ligereza de los 2t. Sé que hace falta más tacto y me ha costado la adaptación pero creo que es la moto ideal para ir.
Oficialmente a Joan Pedrero y Xavi Léon. Estoy muy feliz de poder hacerlo. Pedrero acaba de vencer en el Rally de Cerdeña, una carrera que necesitaba ganar para afrontar el resto de temporada con buena energía. Es un gran piloto y mejor persona. Por su parte Xavi está viviendo un gran momento en las extremas y también me está ayudando dentro de nuestro equipo a preparar Romaniacs.
El Dakar es demasiado complicado y peligroso para mi nivel. Es muy largo y se va muy rápido. Además esos enlaces tan largos para mí no tienen sentido. No lo veo. De hacerlo lo haría en coche o buggie. Es una carrera que hay que preparar muy bien, dedicarle al menos un año de tu vida y además implica correr otros rallies internacionales.
Siempre digo que lo que transmito en mi arte es lo que soy como persona. Este deporte reúne varios valores con los que me identifico como son el sacrificio, el esfuerzo y el compañerismo. Todos ellos los encontramos en cada salida de amigos pero también en las mismas carreras. Impensable en otros deportes. El enduro es una disciplina muy solidaria.
Creo que los que hemos recibido cosas en esta vida tenemos que devolverlo de algún modo. A través de mi imagen y mis canales de comunicación quiero ayudar en este proyecto que pretende hacer más fácil la vida a quien lo necesita.
El primer paso de esta iniciativa se llama Dar y Recibir y luchará contra el cáncer infantil. Se venderán camisetas y los beneficios obtenidos se donarán a una asociación que sea capaz de invertirlo de la mejor manera. El diseño de la camiseta lo he hecho yo y creo que va a gustar a quien la compre.
El ideólogo es Xavi Giménez, manager de Adam Raga, y poco a poco está implicándose más gente influyente. Muy pronto se podrán comprar las camisetas y seguro que será un éxito.
Me gusta devolver lo que la vida me ha dado. A lo largo de estos años he apoyado diversos proyectos de varias ONG o fundaciones como Unicef, Manos Unidas, Gaia, You, Jovanteny. Creo que es lo mínimo.
Relacionados
Texto:
Fotos:
Publicado el 11/07/2017
Últimos podcasts