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Segunda hora de carrera. Tras tres intensas pasadas por Carl´s Dinner, la cena de Carl (literalmente), director de la Erzbergrodeo, los pilotos debían enfrentarse a dos de los puntos más fuertes de este año. El Checkpoint 17 era una durísima subida de arena sin apenas carrerilla en la que se daba un giro total a la clasificación provisional. Los chicos de Husqvarna, Jarvis y Gómez, adelantaban a un rapidísimo Jonny Walker que reventaba el radiador de su KTM en una tonta caída.
Los tres, muy distanciados de Wade Young y Andreas Lettenbichler, continuaban hacia el último bosque pensando ya en Dynamite. Pero ahí estaba la sorpresa del día: una trialera infernal llena de aguas, piedras y barro que era prácticamente imposible subir a pie. ¿Error de dirección de carrera? Carl Katoch no puede estar pendiente de las miles de personas que trabajar en El Gigante de Hierro. Así, hizo caso al jefe de marcaje sin saber él la situación de crisis que se iba a vivir.
Suena mi móvil. Un miembro del Zona Paddock EnduroPro Team me llama: “Fran. Alfredo, Jarvis y Jonnny están enganchados en una zona boscosa y según dicen por la TV, están pensando en suspender la prueba. ¡Id a ayudar a Alfredo!” Así hicimos. Al ver que Mario Román estaba aún en Carl´s Dinner, cogí el Walkie y avisé a Enrique Caballero “El Chili”, manager del equipo, para que controlara la situación de Alfredo. Yo me fui corriendo al ya famoso Downtown. Cuando llegué, la carrera estaba totalmente parada. ¡Era imposible subir por ese barrizal! ¿Para qué tanto show si es imposible subir?
La situación de la Erzbergrodeo 2015 en aquel preciso momento era catastrófica: una confusión en la que los pilotos no sabían si podían recibir ayuda exterior, si podían ayudarse unos con otros o si la carrera se daba por finalizada en el checkpoint anterior.
Allí estaban Alfredo, Jarvis y Walker. Dos compañeros de equipo y el último piloto en conseguir el metal más preciado de la mina. Alfredo y Jarvis se miran. Era tan fácil para ellos eliminar a Jonny Walker y jugarse la carrera como enganchar una cuerda a la moto del rider madrileño (que en ese instante iba primero). Así fue, comienzan a tirar los dos de Husky y Walker se da cuenta de su situación, un tanto comprometida. Hábil el de naranja, se baja de la moto y -como el que no quiere la cosa- se une a la cuerda y tira con Jarvis de la moto de Gómez. ¿Por qué los de Husqvarna Factory no le dijeron que se quitara? ¿Hubo alguna decisión exterior que influyera en el resultado?
De pronto aparecen otras dos motos austriacas: las 300 de Lettenbichler y de Young (descalificado a posteriori por saltarse un checkpoint), que al contemplar que solos no podían subir por Downtown, se unen a la estrategia y tiran también de la soga. Además, con Letti hubo un caso un poco alegal: tres pilotos fuera de carrera le ayudaron a subir la moto hasta donde estaban los tres primeros, lo que abrió un precedente en carrera que la dirección dejo estar.
Alfredo Gómez sube el primero. Era tan fácil como bajar a ayudar a uno de los pilotos y salir pitando hacia Dynamite, sin embargo, no fue así. Un pacto entre caballeros cortaban las alas del piloto de Cercedilla que ayudó a subir una a una las otras cuatro motos. De esta forma, no hubo decisión exterior que pudiera influir en el resultado, a pesar de que dirección de carrera pensara en concluir la carrera en el anterior checkpoint.
Todo el mundo del enduro atento de un hecho histórico de la carrera extrema por excelencia: Los mejores pilotos ayudándose uno a uno para poder subir una trialera. Un gesto que lleva a este deporte a una concepción diferente de entender la vida. Solo apta para unos pocos. De pronto, aparece el quinto en discordia, Mario Román. El de Zona Paddock EnduroPro llegaba exhausto físicamente con graves problemas en una de sus rodillas en un Carl´s Dinner que le pareció una eternidad.
¿Por qué no ayudaron a Mario y tuvo que subir Downtown prácticamente sin ayuda de otros pilotos? Por la sencilla razón de que Mario llegaba tarde y no pudo subir la moto hasta donde los cinco primeros estaban ayudándose con cuerdas. La carrera pone a cada uno en su sitio. Esto es enduro. Y Mario Román tuvo que subir su moto hasta lo más alto con la ayuda de otro piloto, al igual que Letti. No obstante, ¿Por qué cuatro ganadores y Mario quinto? Quizá una decisión de carrera un tanto desproporcionada. Pero allí estaba la revelación de la temporada bajo el arco de RedBull y con su bandera de finisher.
EnduroPro estuvo en Downtown. Esto fue lo que pasó. Un día en el que una mina puso en su lugar a los pilotos. En el que los espectadores pudieron ver hasta dónde la mente y el cuerpo humano pueden llegar encima de una motocicleta. Discrepancia de opiniones de por qué no hubo un pódium convencional. En este sentido, el Hard Enduro se reinventa día a día y ocupa ya el formato más visual y original del Off-road. Danke Eisenerz.
Segunda hora de carrera. Tras tres intensas pasadas por Carl´s Dinner, la cena de Carl (literalmente), director de la Erzbergrodeo, los pilotos debían enfrentarse a dos de los puntos más fuertes de este año. El Checkpoint 17 era una durísima subida de arena sin apenas carrerilla en la que se daba un giro total a la clasificación provisional. Los chicos de Husqvarna, Jarvis y Gómez, adelantaban a un rapidísimo Jonny Walker que reventaba el radiador de su KTM en una tonta caída.
Los tres, muy distanciados de Wade Young y Andreas Lettenbichler, continuaban hacia el último bosque pensando ya en Dynamite. Pero ahí estaba la sorpresa del día: una trialera infernal llena de aguas, piedras y barro que era prácticamente imposible subir a pie. ¿Error de dirección de carrera? Carl Katoch no puede estar pendiente de las miles de personas que trabajar en El Gigante de Hierro. Así, hizo caso al jefe de marcaje sin saber él la situación de crisis que se iba a vivir.
Suena mi móvil. Un miembro del Zona Paddock EnduroPro Team me llama: “Fran. Alfredo, Jarvis y Jonnny están enganchados en una zona boscosa y según dicen por la TV, están pensando en suspender la prueba. ¡Id a ayudar a Alfredo!” Así hicimos. Al ver que Mario Román estaba aún en Carl´s Dinner, cogí el Walkie y avisé a Enrique Caballero “El Chili”, manager del equipo, para que controlara la situación de Alfredo. Yo me fui corriendo al ya famoso Downtown. Cuando llegué, la carrera estaba totalmente parada. ¡Era imposible subir por ese barrizal! ¿Para qué tanto show si es imposible subir?
La situación de la Erzbergrodeo 2015 en aquel preciso momento era catastrófica: una confusión en la que los pilotos no sabían si podían recibir ayuda exterior, si podían ayudarse unos con otros o si la carrera se daba por finalizada en el checkpoint anterior.
Allí estaban Alfredo, Jarvis y Walker. Dos compañeros de equipo y el último piloto en conseguir el metal más preciado de la mina. Alfredo y Jarvis se miran. Era tan fácil para ellos eliminar a Jonny Walker y jugarse la carrera como enganchar una cuerda a la moto del rider madrileño (que en ese instante iba primero). Así fue, comienzan a tirar los dos de Husky y Walker se da cuenta de su situación, un tanto comprometida. Hábil el de naranja, se baja de la moto y -como el que no quiere la cosa- se une a la cuerda y tira con Jarvis de la moto de Gómez. ¿Por qué los de Husqvarna Factory no le dijeron que se quitara? ¿Hubo alguna decisión exterior que influyera en el resultado?
De pronto aparecen otras dos motos austriacas: las 300 de Lettenbichler y de Young (descalificado a posteriori por saltarse un checkpoint), que al contemplar que solos no podían subir por Downtown, se unen a la estrategia y tiran también de la soga. Además, con Letti hubo un caso un poco alegal: tres pilotos fuera de carrera le ayudaron a subir la moto hasta donde estaban los tres primeros, lo que abrió un precedente en carrera que la dirección dejo estar.
Alfredo Gómez sube el primero. Era tan fácil como bajar a ayudar a uno de los pilotos y salir pitando hacia Dynamite, sin embargo, no fue así. Un pacto entre caballeros cortaban las alas del piloto de Cercedilla que ayudó a subir una a una las otras cuatro motos. De esta forma, no hubo decisión exterior que pudiera influir en el resultado, a pesar de que dirección de carrera pensara en concluir la carrera en el anterior checkpoint.
Todo el mundo del enduro atento de un hecho histórico de la carrera extrema por excelencia: Los mejores pilotos ayudándose uno a uno para poder subir una trialera. Un gesto que lleva a este deporte a una concepción diferente de entender la vida. Solo apta para unos pocos. De pronto, aparece el quinto en discordia, Mario Román. El de Zona Paddock EnduroPro llegaba exhausto físicamente con graves problemas en una de sus rodillas en un Carl´s Dinner que le pareció una eternidad.
¿Por qué no ayudaron a Mario y tuvo que subir Downtown prácticamente sin ayuda de otros pilotos? Por la sencilla razón de que Mario llegaba tarde y no pudo subir la moto hasta donde los cinco primeros estaban ayudándose con cuerdas. La carrera pone a cada uno en su sitio. Esto es enduro. Y Mario Román tuvo que subir su moto hasta lo más alto con la ayuda de otro piloto, al igual que Letti. No obstante, ¿Por qué cuatro ganadores y Mario quinto? Quizá una decisión de carrera un tanto desproporcionada. Pero allí estaba la revelación de la temporada bajo el arco de RedBull y con su bandera de finisher.
EnduroPro estuvo en Downtown. Esto fue lo que pasó. Un día en el que una mina puso en su lugar a los pilotos. En el que los espectadores pudieron ver hasta dónde la mente y el cuerpo humano pueden llegar encima de una motocicleta. Discrepancia de opiniones de por qué no hubo un pódium convencional. En este sentido, el Hard Enduro se reinventa día a día y ocupa ya el formato más visual y original del Off-road. Danke Eisenerz.
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